jueves, 20 de marzo de 2014

El Amarillo

Generalmente no se piensa en la tentación hasta que aparece, y generalmente aparece de manera tal que no pueda ignorarse. Si no la hubiese visto ni siquiera hubiera tenido que ignorarla, pero tenía que tropezar justo frente a la tienda de cupcakes. —No, no y no— Se dijo a sí mismo y siguió caminando para terminar parado nuevamente frente a la vitrina colorida e hipnotizante. Le había dado la vuelta a la manzana sin darse cuenta.

Apareció entonces la disculpa de toda persona a dieta: Uno nada más.

—Buenas tardes.

—Buenas tardes. Bienvenido a tarabuntarequeleaperso

Sabía que la chica detrás del mostrador le hablaba, pero él no escuchaba. Estaba concentrado en el cupcake amarillo.

—Deme ese.

—¿El de paransicoleso…?

Asintió con la cabeza. Sin perderlo de vista lo recibió en una delicada servilleta blanca, lo olfateó un poco, lo llevó a su boca y lo mordió sintiendo la suave textura de la masa horneada.

—¡Mmm! ¡Limón!

GIOVANY

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