domingo, 18 de mayo de 2014

Delirio III

Un compañero del trabajo me encontró tirado en el suelo del baño de la oficina. Me sacudió, y logró despertarme. No pude responder a sus preguntas sobre lo que me había sucedido porque no lograba recordar nada. Nunca antes me había desmayado y no quiero que me ocurra de nuevo, la sensación al despertar es terrible: todo da vueltas, la cabeza duele, el cuerpo responde a duras penas y el hormigueo en el cuerpo es fastidioso. Pero algo me dice que no será la última vez. Después de varios vasos de agua, que aliviaron la sequedad de mi garganta, logré ordenar mis pensamientos poco a poco e intenté recordar: Estaba lavando mis manos, creo que silbaba, y noté un olor. Hice silencio de inmediato, reconocí el aroma inmediatamente, levanté la mirada al espejo sobre el lavabo y estabas ahí, de pie detrás de mí. Pero no logro ver tu cara y la cabeza me duele cuando intento recordarla. No logro recordar ningún detalle: tu cabello, tu piel, tus ojos, el color de tu ropa. Dijiste mi nombre y caí al suelo. ¿Quién eres?

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