martes, 15 de abril de 2014

¿Ser o tener? (Ambos)


Imagen tomada de Way-Up
(https://www.facebook.com/wayupcolombia)

Trabajar, trabajar y trabajar... Es que a muchos de nosotros no nos enseñaron algo distinto. Crecimos viendo a nuestros padres "partiéndose el lomo" todos los días para conseguir con qué —con qué comer, con qué pagar la renta, con qué comprar la ropa y entre tantas otras cosas, al menos en mi caso (o en mi casa), con qué pagar las deudas—. Trabajar es una obligación, no un placer (cantemos todos —al menos quienes la recordemos—: ...el trabajar yo se lo dejo todo al buey, porque el trabajo lo hizo Dios como un castigo...). Hasta en La Biblia lo dice (anda, no te dé pereza, busca Génesis 3, 22-24). Trabajamos porque le tememos al hambre, porque le tememos al frío, porque le tememos al nomadismo y a quien sabe cuántas cosas más. ¿Pero cómo no temer? Si es nuestro instinto de supervivencia. Ah, y no sólo eso, sino que con el inevitable y maltrecho pasar del tiempo a esta "hermosa" raza humana le dio por evolucionar e inventar sistemas económicos, sistemas de gobierno, sistemas de creencias y cuanto sistema se nos pueda ocurrir (me pregunto cuántos y cuáles faltarán por inventar), y todo eso ayuda a afianzar esa enseñanza: trabajar, trabajar y trabajar.

Una pregunta —más profunda— es: ¿Para qué? (lo anterior responde a ¿por qué? —¡Ojo!, es diferente—). Y que cada quien dé la respuesta que quiera, si es que alguien quiere responder. La mía es que trabajamos para tener. Ah, bueno, primero para sobrevivir supliendo las necesidades básicas, claro está. Pero saneado eso, trabajamos para tener. ¿Tener qué? Lo que mande el modelo de consumo del momento: tener una casa, tener un carro, tener una finca, tener unas vacaciones, tener una moto, tener ropa de marca, tener los accesorios de moda, tener un teléfono celular de última tecnología, tener mucho dinero (¿Se te ocurren más? A que sí).

Me tomé la libertad de preguntarle a 20 personas lo siguiente: ¿Qué quieres de aquí a diez años? Todos, sin excepción, respondieron con cosas que quieren tener. Y creo que eso está bien, querer tener no es malo, pero se me ocurre que no es tan bueno cuando es lo único que se nos viene a la cabeza. Todos queremos cosas como tener un mejor empleo, tener un mejor salario, tener, tener, tener. Por eso nos "matamos" trabajando. Nadie me respondió nada del ser. Nadie me dijo quiero ser más paciente, quiero ser más tolerante, quiero ser más sabio, quiero ser más cauto, quiero ser más espiritual, quiero ser más amoroso, quiero ser más osado, quiero ser más amable, quiero ser más disciplinado, quiero ser más respetuoso, quiero ser más feliz, quiero ser más saludable, quiero ser más ecológico, quiero ser más razonable, quiero ser más familiar, quiero ser más agradecido, quiero ser más comprometido, quiero ser más proactivo (¿También se te ocurren otras?).

¡Espera! Me viene una idea: ¿Qué tal si seguimos trabajando no sólo para tener sino también para ser? Tal vez, dentro de un tiempo se nos olvida que estamos trabajando y nos damos cuenta de que estamos disfrutando. ¡Bah! Locuras que se me ocurren. Pero si lo intentas, por favor avísame qué tal te va.

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