Que difícil resulta esperar el sol
si éste no quiere salir.
Que espesa llega a ser la niebla
si los ojos se niegan a ver la luz.
Que infructuoso es el sembrar amor
si tú no quieres dejarlo surgir.
Que increible lo nueva que se ve mi vida
al darme cuenta de que ya camino solo.
GIOVANY
lunes, 15 de noviembre de 2010
Aún no dejo de temblar...
Aún no dejo de temblar,
las cosquillas no quieren parar.
Aún, el eco de tu voz sigue dando vueltas por mi alma.
¿Cómo podéis alegrarme y asustarme al mismo tiempo?
¿Cómo podéis levantarme y derribarme con un sólo movimiento, con una mirada o con vuestras palabras impuestas a la eternidad, flotando en el aire para que pueda respirarlas y dejarlas así dentro de mí?
¿Cómo os atrevéis a entrar a mi vida de esta manera?
¿De qué reino viene vuestro mandato de invadir mi terreno?
¿De qué estrella del espacio habéis caido a mi mundo para darle color al aterdecer, calor al sol y aroma a las flores?
¿Con qué derecho hacéis que mi alma se deshaga vulnerable cada vez que la dulce sensación de vuestra mirada enfrenta mis ojos con armas contra las que no tengo defensa?
¿Cómo osáis retarme con vuestra presencia a sucumbir a mis deseos de abrazaros y sentirme gratamente atrapado en vuestro calor?
¿Cómo ostentáis adueñaros de mi inspiración? Acaso, ¿no os dáis cuenta de que ya tenéis mucho de mí? Acaso, ¿no es suficiente que os hayáis llevado mis pensamientos viejos y rotos para darme los vuestros llenos de esperanza y fortaleza?
¿Es qué no os basta con haber conquistado mi corazón?
Ahora queréis también meterte en mi alma.
Me habéis declarado la guerra.
Dar vuelta atrás ya no puedo.
Preparáos entonces a recibir de mí el pago por vuestras acciones.
Voy a meterme en vuestro mundo como vos te habéis metido en el mío.
No habrá treguas ni banderas.
Será una guerra hasta el fin.
Porque así como vos lo has hecho, yo voy a hacer que os enamoréis de mí.
Porque ya soy adicto a las batallas que luchan nuestros labios en nuestros duelos solitarios.
Porque ya tengo vuestras manos marcadas en mi piel.
Porque hace ya tiempo que os empecé a querer.
GIOVANY
las cosquillas no quieren parar.
Aún, el eco de tu voz sigue dando vueltas por mi alma.
¿Cómo podéis alegrarme y asustarme al mismo tiempo?
¿Cómo podéis levantarme y derribarme con un sólo movimiento, con una mirada o con vuestras palabras impuestas a la eternidad, flotando en el aire para que pueda respirarlas y dejarlas así dentro de mí?
¿Cómo os atrevéis a entrar a mi vida de esta manera?
¿De qué reino viene vuestro mandato de invadir mi terreno?
¿De qué estrella del espacio habéis caido a mi mundo para darle color al aterdecer, calor al sol y aroma a las flores?
¿Con qué derecho hacéis que mi alma se deshaga vulnerable cada vez que la dulce sensación de vuestra mirada enfrenta mis ojos con armas contra las que no tengo defensa?
¿Cómo osáis retarme con vuestra presencia a sucumbir a mis deseos de abrazaros y sentirme gratamente atrapado en vuestro calor?
¿Cómo ostentáis adueñaros de mi inspiración? Acaso, ¿no os dáis cuenta de que ya tenéis mucho de mí? Acaso, ¿no es suficiente que os hayáis llevado mis pensamientos viejos y rotos para darme los vuestros llenos de esperanza y fortaleza?
¿Es qué no os basta con haber conquistado mi corazón?
Ahora queréis también meterte en mi alma.
Me habéis declarado la guerra.
Dar vuelta atrás ya no puedo.
Preparáos entonces a recibir de mí el pago por vuestras acciones.
Voy a meterme en vuestro mundo como vos te habéis metido en el mío.
No habrá treguas ni banderas.
Será una guerra hasta el fin.
Porque así como vos lo has hecho, yo voy a hacer que os enamoréis de mí.
Porque ya soy adicto a las batallas que luchan nuestros labios en nuestros duelos solitarios.
Porque ya tengo vuestras manos marcadas en mi piel.
Porque hace ya tiempo que os empecé a querer.
GIOVANY
martes, 18 de mayo de 2010
Empiezo de nuevo...
Me convencí de que los demonios de mis pecados me perseguirían en mi presente y marcarían mi futuro.
Acepté con humildad que generé cuentas pendientes con el universo y decidí ponerme al día, porque conocí dentro de mí el dolor que causé a otros.
Bajé mi cabeza ante Dios en señal de arrepentimiento y Él mismo me enseñó a levantarla para seguir viviendo.
GIOVANY
Acepté con humildad que generé cuentas pendientes con el universo y decidí ponerme al día, porque conocí dentro de mí el dolor que causé a otros.
Bajé mi cabeza ante Dios en señal de arrepentimiento y Él mismo me enseñó a levantarla para seguir viviendo.
GIOVANY
domingo, 9 de mayo de 2010
Mitología...
En mi sueños siempre ha existido una mujer más parecida a una Diosa que ha una producción de la humanidad. Una diosa con hermosa cabellera y una amplia mirada con sus ojos hechiceros. Me habla en tono suave como susurros del aire, un tono amoroso que sólo puede crearse con la música de la que está hecha su voz. De su piel no puedo hablar, porque jamás me ha tocado, pero estoy seguro de que es igual a la tuya así como es igual tu cabellera, tu mirada, tu voz, tu aroma, tu escencia y el sabor de tu presencia.
En mis sueños hay un límite incruzable, es inimaginable traspasarlo por que está trazado por fuerzas divinas para mantener alejados los mortales de las tierras perfectas de la deidad. En mis sueños sólo puedo ver a mi Diosa desde lejos y apenas escuchar sus palabras. Nosotros los mortales no debemos pasar el límite, no porque sea indebido sino porque para mantener el equilibrio de la existencia cada uno debe quedarse en su lado. Quien cruce de un lado al otro, sea mortal o inmortal, crea una abertura en la frontera que sólo puede sellarse con el tiempo y mientras ese tiempo pasa ambos mundos se contaminan y seres inocentes sufren por la pasión de otros.
Has estado en mis sueños por décadas y jamas conocí tu cara hasta que probé tus labios y tu piel resultó fuera de ensueño. Te veo lejos mientras te siento cerca, te toco cuando te imagino y te beso mientras respiro. En mi mundo mortal hay reglas que no sé si se parecen a las de tu mundo de dioses.
Mis sueños han cambiado poco a poco o talvés mi realidad se vuelto irreal o talvés eres mi Diosa personal o talvés mi hermoso Ángel de la Muerte. Es posible que haya soñado tanto que mi tiempo pasó más rápido que en los relojes o talvés no tengo ni idea de vivir y nunca aprendí a conquistar mi corazón y lo conquistaste tú que al fin y al cabo puedes hacerlo todo porque eres una Diosa... mi Diosa.
En mis sueños hay un límite incruzable, es inimaginable traspasarlo por que está trazado por fuerzas divinas para mantener alejados los mortales de las tierras perfectas de la deidad. En mis sueños sólo puedo ver a mi Diosa desde lejos y apenas escuchar sus palabras. Nosotros los mortales no debemos pasar el límite, no porque sea indebido sino porque para mantener el equilibrio de la existencia cada uno debe quedarse en su lado. Quien cruce de un lado al otro, sea mortal o inmortal, crea una abertura en la frontera que sólo puede sellarse con el tiempo y mientras ese tiempo pasa ambos mundos se contaminan y seres inocentes sufren por la pasión de otros.
Has estado en mis sueños por décadas y jamas conocí tu cara hasta que probé tus labios y tu piel resultó fuera de ensueño. Te veo lejos mientras te siento cerca, te toco cuando te imagino y te beso mientras respiro. En mi mundo mortal hay reglas que no sé si se parecen a las de tu mundo de dioses.
Mis sueños han cambiado poco a poco o talvés mi realidad se vuelto irreal o talvés eres mi Diosa personal o talvés mi hermoso Ángel de la Muerte. Es posible que haya soñado tanto que mi tiempo pasó más rápido que en los relojes o talvés no tengo ni idea de vivir y nunca aprendí a conquistar mi corazón y lo conquistaste tú que al fin y al cabo puedes hacerlo todo porque eres una Diosa... mi Diosa.
Bálsamo...
Momentos cortos producen recuerdos leves y los grandes vacíos no se llenan con goteras... las heridas sanan, pero las cicatrices permanecen por siempre. A tu lado el dolor desaparece pero se vuelve insoportable cuando la que desaparece eres tú.
Eres un bálsamo que me alivia, pero que no puedo usar para curarme. Estando a tu lado esa sensación de alivio se convierte en adicción y en las noches, cuando tu presencia es vana como imposible mi adicción me pone en las puertas del infierno y me aferro a las alas de mi ángel de la guarda quien, aunque siempre leal, parece estar cansándose de salvarme de algo inevitable.
Disfruto inmensamente tu presencia, tu mirada, tu voz, tus ideas y al mismo tiempo sufro tu ausencia y la imposibilidad de tu tiempo.
Por favor discúlpame mientras me siento un momento... no es que esté cansado... es que no sé hacia donde caminar.
Eres un bálsamo que me alivia, pero que no puedo usar para curarme. Estando a tu lado esa sensación de alivio se convierte en adicción y en las noches, cuando tu presencia es vana como imposible mi adicción me pone en las puertas del infierno y me aferro a las alas de mi ángel de la guarda quien, aunque siempre leal, parece estar cansándose de salvarme de algo inevitable.
Disfruto inmensamente tu presencia, tu mirada, tu voz, tus ideas y al mismo tiempo sufro tu ausencia y la imposibilidad de tu tiempo.
Por favor discúlpame mientras me siento un momento... no es que esté cansado... es que no sé hacia donde caminar.
jueves, 9 de julio de 2009
Ideales
No estaba intentando ganarse el planeta
como lo quisieron muchos con las guerras.
No corría tras el viento para huir de las llamas
sino para llegar más lejos, dejando acá el alma.
Pensó que no habría algo que perder
si no había nada que temer,
porque aunque le quitaron todo
decidió seguir luchando por otros.
Cambió extensos prados verdes
por el rojo de la muerte.
Venciendo enemigos,
honrando amigos.
Levantó poderosos ejércitos,
hombres que peleaban por merito,
porque sabían lo que pasaba,
no porque el gobierno los obligaba.
Vi las miradas más brillantes
en sus ojos, los más valientes.
Y vi los hombres más leales
batallar a su lado por los ideales.
Observé tan grandes batallas.
Muertos los ejércitos, caídas la murallas,
se levantaban los sueños por encima de la muerte
y nuevamente esos prados volvieron a ser verdes.
El verde de la esperanza,
el aire de la enseñanza.
El sueño por que luchó,
su pueblo lo consiguió.
Porqué luchó por lo justo,
no le importó lo duro.
Creía en su pueblo, en su gente,
que aún en el alma lo lleva presente.
Yo aprendí algunas cosas,
unas espinas, unas rosas.
Pero, sobre todo aprendí
que no vale nada la verdad
si no visto mi vida con lealtad.
GIOVANY
como lo quisieron muchos con las guerras.
No corría tras el viento para huir de las llamas
sino para llegar más lejos, dejando acá el alma.
Pensó que no habría algo que perder
si no había nada que temer,
porque aunque le quitaron todo
decidió seguir luchando por otros.
Cambió extensos prados verdes
por el rojo de la muerte.
Venciendo enemigos,
honrando amigos.
Levantó poderosos ejércitos,
hombres que peleaban por merito,
porque sabían lo que pasaba,
no porque el gobierno los obligaba.
Vi las miradas más brillantes
en sus ojos, los más valientes.
Y vi los hombres más leales
batallar a su lado por los ideales.
Observé tan grandes batallas.
Muertos los ejércitos, caídas la murallas,
se levantaban los sueños por encima de la muerte
y nuevamente esos prados volvieron a ser verdes.
El verde de la esperanza,
el aire de la enseñanza.
El sueño por que luchó,
su pueblo lo consiguió.
Porqué luchó por lo justo,
no le importó lo duro.
Creía en su pueblo, en su gente,
que aún en el alma lo lleva presente.
Yo aprendí algunas cosas,
unas espinas, unas rosas.
Pero, sobre todo aprendí
que no vale nada la verdad
si no visto mi vida con lealtad.
GIOVANY
miércoles, 1 de julio de 2009
No es mi última batalla
El sol algunas veces no brilla tanto como para iluminar el día, entonces los fantasmas que huyen de algunas noches de nuestra vida tratan de tomar forma de nuevo y hacerce fuertes como un día lo fueron, un día sin sol como hoy.
He tenido estos días antes, ya he vencido estos días antes, cada vez llegan más fuertes con sus portes de guerreros, sus armaduras de acero y yelmos con penachos amenazantes de los reinos de las sombras de aquellos fantasmas que saben usar su armas en el lugar preciso donde duele el alma y acestan sus golpes en el momento exacto en que bajo mi guardia para proteger a aquel que no resistiría.
Explotan sus alientos en gritos de guerra impregnando el aire con un sonido de muerte que asusta a mis oidos, que recorre mis entrañas y que recoje y esconde mi alma en una caja de cristal.
Y cuando estoy ahí, me doy cuenta de que son los ojos del rey los que opacan la luz del sol con el brillo del mismo escudo que un día juré ante Dios y el Reino servir con mi vida, proteger con mi sangre y adorar con mi alma.
Esos sueños caen colgados de las hojas de los árboles en otoño mientras el invierno ahoga a los que sobrevivieron al verano y esperaron la primavera que nunca llegó, pero no estoy muerto porque aún escribo y escribiré también mañana... ésta no es mi última batalla.
GIOVANY
He tenido estos días antes, ya he vencido estos días antes, cada vez llegan más fuertes con sus portes de guerreros, sus armaduras de acero y yelmos con penachos amenazantes de los reinos de las sombras de aquellos fantasmas que saben usar su armas en el lugar preciso donde duele el alma y acestan sus golpes en el momento exacto en que bajo mi guardia para proteger a aquel que no resistiría.
Explotan sus alientos en gritos de guerra impregnando el aire con un sonido de muerte que asusta a mis oidos, que recorre mis entrañas y que recoje y esconde mi alma en una caja de cristal.
Y cuando estoy ahí, me doy cuenta de que son los ojos del rey los que opacan la luz del sol con el brillo del mismo escudo que un día juré ante Dios y el Reino servir con mi vida, proteger con mi sangre y adorar con mi alma.
Esos sueños caen colgados de las hojas de los árboles en otoño mientras el invierno ahoga a los que sobrevivieron al verano y esperaron la primavera que nunca llegó, pero no estoy muerto porque aún escribo y escribiré también mañana... ésta no es mi última batalla.
GIOVANY
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