No estaba intentando ganarse el planeta
como lo quisieron muchos con las guerras.
No corría tras el viento para huir de las llamas
sino para llegar más lejos, dejando acá el alma.
Pensó que no habría algo que perder
si no había nada que temer,
porque aunque le quitaron todo
decidió seguir luchando por otros.
Cambió extensos prados verdes
por el rojo de la muerte.
Venciendo enemigos,
honrando amigos.
Levantó poderosos ejércitos,
hombres que peleaban por merito,
porque sabían lo que pasaba,
no porque el gobierno los obligaba.
Vi las miradas más brillantes
en sus ojos, los más valientes.
Y vi los hombres más leales
batallar a su lado por los ideales.
Observé tan grandes batallas.
Muertos los ejércitos, caídas la murallas,
se levantaban los sueños por encima de la muerte
y nuevamente esos prados volvieron a ser verdes.
El verde de la esperanza,
el aire de la enseñanza.
El sueño por que luchó,
su pueblo lo consiguió.
Porqué luchó por lo justo,
no le importó lo duro.
Creía en su pueblo, en su gente,
que aún en el alma lo lleva presente.
Yo aprendí algunas cosas,
unas espinas, unas rosas.
Pero, sobre todo aprendí
que no vale nada la verdad
si no visto mi vida con lealtad.
GIOVANY
No hay comentarios:
Publicar un comentario