miércoles, 1 de julio de 2009

No es mi última batalla

El sol algunas veces no brilla tanto como para iluminar el día, entonces los fantasmas que huyen de algunas noches de nuestra vida tratan de tomar forma de nuevo y hacerce fuertes como un día lo fueron, un día sin sol como hoy.

He tenido estos días antes, ya he vencido estos días antes, cada vez llegan más fuertes con sus portes de guerreros, sus armaduras de acero y yelmos con penachos amenazantes de los reinos de las sombras de aquellos fantasmas que saben usar su armas en el lugar preciso donde duele el alma y acestan sus golpes en el momento exacto en que bajo mi guardia para proteger a aquel que no resistiría.

Explotan sus alientos en gritos de guerra impregnando el aire con un sonido de muerte que asusta a mis oidos, que recorre mis entrañas y que recoje y esconde mi alma en una caja de cristal.

Y cuando estoy ahí, me doy cuenta de que son los ojos del rey los que opacan la luz del sol con el brillo del mismo escudo que un día juré ante Dios y el Reino servir con mi vida, proteger con mi sangre y adorar con mi alma.

Esos sueños caen colgados de las hojas de los árboles en otoño mientras el invierno ahoga a los que sobrevivieron al verano y esperaron la primavera que nunca llegó, pero no estoy muerto porque aún escribo y escribiré también mañana... ésta no es mi última batalla.

GIOVANY

1 comentario:

  1. huy profe no sabia de esos dones,pa que unas palabras profundas.

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